domingo, 25 de noviembre de 2012

EL ADIÓS DE DOS GRANDES ARTISTAS.
En la recta final de este mes de noviembre, y casi de este año 2012, se nos han ido dos de los grandes artistas que aún estabn entre nosotros. Hace una semana fue Emilio Alberto Aragón Bermúdez, más conocido como Miliki, y en este fin de semana nos dijo adiós Ignacio Fernández Sánchez, nombre que no dice nada si no se acompaña de su apelativo artístico: Tony Leblanc. 
El primero, fue un artista de los pies a la cabeza: payaso, escritor, actor y músico. Casi nada.
El segundo, fue uno de los grandes de la interpretación, especialmente en su faceta cómica. 
Ambos han hecho una de las cosas más grandes que puede hacer un ser humano: llevar la felicidad y la alegría a todos sus semejantes. Podas cosas más importantes se pueden hacer en la vida.  
Del primero nos quedarán para siempre muchos recuerdos, pero sobre todo, sus canciones. Hace escasamente unos días, en las celebraciones de la Niña María, pusimos la canción de "Susanita tiene un ratón", y fue muy emocionante el ver como un grupo de niñas y niños entre los 8 y los 12 años, cantaban toda la letra. Esto es lo que se llama trascender de forma multigeneracional. 
Tony perteneció a esa gran estirpe, desgraciadamente casi extinta, de CÓMICOS, así, con mayúscula, que dignificaron la profesión desde los años cuarenta hasta nuestros días. Nunca me cansaré de recordar y exaltar la enorme calidad de todos ellos y como, cuando dejaron de hacer cine y papeles comerciales, demostraron su buen hacer interpretativo en papeles de diverso pelaje y marcada dificultad. Todos ellos comenzaron en el teatro y en los espectáculos de variedades. Pisando escenarios día tras día y empezando desde abajo, el llamado meritoriaje, hasta los papeles protagonistas. Ninguno de ello tuvo más escuela que el enfrentarse a todo tipo de públicos en directo. Buena nota de ello deberían tomar estas nuevas generaciones de actores y actrices, que pisarán muchas escuelas de arte dramático y harán mucho cine y televisión, pero que escapan de las tablas de los escenarios, porque les vienen grandes. 
Pero además de todo su currículum artístico, el cual ocuparía demasiado espacio en este blog, quiero destacar su calidad humana. El cariño demostrado por sus compañeros de profesión y las gentes de las calles así lo demuestran. 
Que la maravillosa senda marcada por ambos, nos sirva de ejemplo a todos. 
Hasta siempre, MAESTROS.




- Exposición de escenas de interpretación entregadas.
- Visionado de obra musical. 

domingo, 18 de noviembre de 2012

CANDO UN AMIGO SE VAI.



O pasado martes, para máis martes e trece, fixemos a despedida dun dos nosos actores e, por enriba de todo, amigo: Miguel Ángel Gil. Fóísenos para a súa terra: Valencia, que prestáranolo dende o principio do curso pasado.
Durante ese ano de convivencia, atopamos en Miguel a unha gran persoa e a un bo actor. Este ano, en plena confirmación do noso grupo como unha realidade, as circunstancias do destino afástano de nós.
Dedicamos unha boa parte do tempo da clase, a facerlle unha sinxela pero sentida homenaxe. Por alí pasaron textos –destacando especialmente as dúas poesías que lle fixo Aldara-, cancións, play-backs, e, sobre todo, a nosa gratitude polos bos intres compartidos.   
Só desexamos que non se esqueza da xente do grupo de teatro que aquí tivemos o pracer de gozar da súa compaña durante estes meses:  Germán, Alba, Elena, Javier, Paloma, Alejandra, Carla, María, Borja, Mairea, Laura, Aldara y Willy.
Con nós quedarán, para a historia, as súas sete representacións. Pero para os nosos corazón, ficará sempre o seu recordo.


Boa viaxe e ata sempre, compañeiro.     

E como remate, a letra dunha canción de Alberto Cortez. Espero que sexa do teu agrado. Por certo, como atención especial, vou poñela en castelán.

CUANDO UN AMIGO SE VA. 


Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
Cuando un amigo se va,
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va,
una estrella se ha perdido,
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a rebelar,
el duende manso del vino.
Cuando un amigo se va
galopando su destino,
empieza el alma a vibrar
porque se llena de frío.
Cuando un amigo se va,
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va,
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va,
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.